Casa en planta baja en parcela de la huerta de Murcia, con dos dormitorios, salón-comedor-cocina, lavadero y dos baños así como un amplio porche dispuesto a sur recayendo a la piscina.
La vivienda se plantea desconectada de la red eléctrica abastecida en exclusiva mediante paneles fotovoltaicos.
La cubierta se llena de contenido al crear una azotea accesible mediante una escalera exterior que sube por la fachada poniente de la vivienda, cerrada por un muro que envuelve dicha escalera creando una piel que de sombra a la fachada poniente de la casa en las tardes del verano murciano.
En dicha cubierta se proyecta un banco corrido que es a su vez lucernario para el lavadero, el baño de día y el distribuidor y una pérgola para ser cubierta con elementos vegetales que den sombra a ese espacio. Se rodea el espacio con un muro (que sólo se interrumpe hacia el sur donde se disfrutan de las vistas a la sierra y en dicho muro se ubica una barbacoa y dos módulos de armarios ventilados para disponer las unidades exteriores de climatización y las baterías del sistema fotovoltaico.
El acceso a la vivienda queda marcado por una rasgadura vertical con escala gigante, por la que se accede a un pequeño patio cerrado a tres lados, donde recaen mediante cristaleras varias estancias y la puerta principal a la vivienda, disponiendo de una jardinera y una fuente que reciban tanto a los moradores como a los huéspedes de dicha vivienda.